jueves, 31 de mayo de 2012

Desde el Centro de Formación Literaria "Onelio Jorge Cardoso"

El Centro de Formación Literaria  "Onelio Jorge Cardoso", en La Habana, comparte la entrevista «Un Oficio que me hace feliz», realizada al escritor Antonio Álvarez Gil, y que me ha sorprendido hallarla en el siguiente enlace que comparto en este post.
http://www.centronelio.cult.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=1231&Itemid=62

domingo, 27 de mayo de 2012

Manny López: «Prefiero crear que destruir»

"A veces todo sale en inglés, o a medias, o no sale: I would have to say I am an eternal researcher, someone with an incredible memory, an avid collector, a man with an unquenchable thirst to know more, to learn more every day…". Así se define Manny López (Morón, Cuba, 1969), poeta, activista cultural y fundador de la Galería Zu en Miami. En septiembre de 2011 publicó su primer libro de poesía Yo, el arquero aquel, con Editorial Velámenes, tema, entre otros, del que habla en esta entrevista...

Llegas a Estados Unidos con diez años de edad. ¿Qué recuerdas de cuando saliste de Cuba?
Recuerdo que como niño al fin, cuando mi madre me dijo que nos íbamos, le dije que no me iría; esa fue la primera reacción. Yo era feliz en mi mundo, no conocía otra cosa, lo que tenía me parecía grandioso, los amigos, la escuela, los reglazos que le daba a los muchachos que repasaban en las tardes en el portal del patio... También recuerdo el día que nos fuimos, en cada esquina de cada pueblo que pasábamos había un coro griego que lanzaba las mismas palabras, palabras de odio, porque no sonaban nada agradable.

¿Llegaste solo o con tus padres? ¿Cómo fueron tus primeros tiempos en Estados Unidos?
Vinimos cinco. Mis padres y mis hermanos. Siempre me he adaptado rápidamente. Me sentí raro los primeros meses porque no hablaba inglés y al principio cuando nos reuníamos con primos, ellos, todos nacidos aquí, hablaban en inglés, y nosotros nos quedábamos en el aire. Pero me di a la tarea de aprender el idioma lo antes posible.

Aquí también sufrimos eso de las palabras feas. ¡Oh claro que sí! Recuerdo como los familiares en tono de juego nos decían "los escorias". Y en la escuela los que habían nacido aquí nos decían "refs", de refugiados, de forma despectiva.

Pero el tiempo pasó, y vino otra ola de cubanos, a quienes les dijeron "balseros".

Hace apenas unos meses publicas tu primer poemario 'Yo, el arquero aquel', bajo el sello editorial Velámenes. Has dicho que leyendo la poesía de tu amigo Juan Carlos Valls te llegó el impulso o la necesidad de tener tu propio libro, tu primer poemario. ¿Recuerdas algún poema en especial que te motivó?
No fue exactamente así como ocurrieron las cosas. Desde niño escribo para mí, como forma de terapia. Nunca había pensado que podía hacerlo profesionalmente, que lo que tenía que decir podía llamarle la atención a nadie. Tomaba un taller de poesía con la poeta Elena Tamargo, y una madrugada, leyendo la poesía de Juan Carlos Valls, sentí un dolor profundo en el pecho y pensé que me estaba dando otro ataque al corazón.

Pero al comentarle a Elena lo que me había pasado, ella me dijo: "No confundas esto que te ha pasado, esto es algo mucho más grande, esto es un llamado".

Y así ha sido. Ha sido el despertar que necesitaba, el impulso a atreverme a dejar que los demás me vean completamente desnudo a través de la poesía. Lo de publicar el libro vino mucho después. En ese momento no pensaba en nada más que en escribir, y en los momentos que vivía entonces. Pero sí recuerdo un poema en específico. He leído un poema de Diane Wakoski. Específicamente estos versos: pasarán veinte años/ y este poema será desempolvado/ por un muchacho a quien la gente/ (con el mismo cuchillo con que cercena/ el pan de cada día)/ habrá herido y dibujado una ventana/ para que otros pájaros/ violentados por la misma ironía de las palabras/ pongan en peligro la belleza del mundo.

¿Contaste con el apoyo o la ayuda de alguien en particular para preparar 'Yo, el arquero aquel'?
Elena me editó el libro. Lo revisó desde el principio. Adalberto Guerra también lo revisó, y amigos que leyeron mis poemas: Karin Aldrey, Juan Carlos Valls, Pedro Assef.

¿Tienes algún poema favorito de los que has recogido en el libro?
Este libro es un recuento de lo que me tocó vivir en un tiempo, el despertar a la poesía, los deseos de amar, y pedazos de momentos claves en mi vida que necesitaban tener un fin. Y aquí los logré cerrar.
Todo el libro está conectado. Es una historia de principio a fin. Me siento orgulloso de estos retoños. Hay uno en específico que quiero mucho...

¿Cómo se titula?
"He decidido perderme en poemas".

¿Y por qué lo prefieres?
Porque fue uno de los primeros poemas que escribí. Y porque el día que lo leí en público por primera vez, vi la reacción de alguien del público, y sentí que mis versos le hablaban.

En 2006 fundas la Galería Zu, un espacio alternativo en Miami. Allí organizas actividades hasta 2010. ¿Qué es lo más provechoso que pudieras decirnos en relación a ese trabajo de cuatro años?
Aprendí muchísimo. Conocí mucho de esta ciudad y de sus habitantes, cosas que no conocía de primera mano, solo de bocas ajenas. Conocí gente bella, a algunas de esas personas que hoy ocupan un lugar importante en mi vida. Descubrí que soy mucho más fuerte de lo que pensaba, y de lo que pensaban algunos. Le di el espacio que debía ocupar la poesía en mi vida. Fue muy buena experiencia.

¿Y qué es lo peor que recuerdas, si es que puedes contarnos?
No recuerdo nada malo ahora mismo... Hasta el cierre se ha convertido en algo positivo en mi vida.

Afortunadamente para los ávidos de encuentros literarios en Miami has vuelto con un nuevo espacio, esta vez en la Alianza Francesa. Cuéntanos de este Proyecto Zu, y lo que ocurrirá allí el tercer jueves de cada mes.
Es un proyecto que ya había empezado en diciembre del 2010, y que en el pasado septiembre tomó un descanso. Ahora vuelven esas Noches Literarias en la Alianza, que serán los terceros jueves de cada mes, y que ya están totalmente programadas hasta diciembre.

¿Piensas invitar solamente a poetas?
No, aquí habrá espacio para la literatura en general. Pero la poesía siempre viene primero en lo que hago.

Con este Proyecto Zu, ¿cuáles son las metas que te has trazado?
Seguir con lo que empecé en la Galería, una noche al mes donde las personas puedan venir a escuchar poesía, narrativa, en fin, donde puedan pasar unas horas agradables, y aprender a la vez, conocer escritores, y que los escritores encuentren nuevos lectores. Un círculo. Esto es un círculo donde todos salimos ganando.

¿Quiénes son esos autores o poetas que ya has programado para las Noches Literarias?
Estoy abriendo este ciclo con Aymara Aymerich (abril 19), y en mayo estará Emilio García Montiel, y en junio Félix Lizarraga...

¿Qué es lo que te hace crear estos espacios culturales en Miami?
La necesidad de devolver algo a esta comunidad, y a la vez hacerlo con algo que a mí me gusta tanto. Añoro espacios como en las grandes ciudades donde existen montones de tertulias y eventos culturales que enriquecen a tantas personas. Además, yo siempre prefiero crear que destruir. Aun con palabras.

¿Esperas algún tipo de recompensa por parte del público asistente a estos encuentros mensuales que planeas?
La recompensa es poder hacer esto, poder hacer lo que me gusta, como he dicho antes. Si vienen y les gusta lo que presenciaron, que pasen la voz. No espero nada más.

¿Tienes en mente escribir o preparar un nuevo libro de poesía?
No he dejado de escribir. Tengo varios proyectos ahora mismo, uno en inglés que casi está terminado.

¿Y por qué has preferido la poesía?
Porque la poesía me escogió a mí, me tomó de la mano y no he podido soltarla. Cada día la necesito más.

¿Dejarías Miami para instalarte en otro ciudad del mundo? De ser afirmativa la respuesta, cuál ciudad sería y por qué.
Sí, de hecho lo he pensado mucho últimamente. No tengo idea de a dónde irme, pero me gustaría mucho que fuera una ciudad del norte, más americana, que es el país donde realmente vivo. Miami, esta ciudad que ha heredado lo mejor y lo peor de Cuba, cada día anda peor, con muy mala energía.

¿Por qué dices eso de Miami?
No es Miami, somos los habitantes, específicamente los cubanos, que seguimos arrastrando los mismos fantasmas, las mismas malas mañas que aprendimos del comunismo, del castrismo, y cada día nos hacen más viles.

¿Te ataría algo a Miami?
Mi familia. Pero ella siempre me ha apoyado en mis decisiones. O sea, que no sería un problema.

Fuiste amigo de la poeta Elena Tamargo. Lamentablemente falleció. ¿Crees que se hubiera podido salvar de su enfermedad? ¿Cuál es el último recuerdo grato que conservas de ella?
No creo que se hubiera podido salvar, y ella lo sabía mejor que todos nosotros, pero Ele ha sido la persona más valiente que he conocido en mi vida. Tengo demasiados recuerdos suyos, y los guardo con mucho recelo, pero cierro los ojos y me viene a la mente su dulce sonrisa, y cómo me apretaba las manos, y el último domingo que habló. Habían unas personas que vinieron a rezar por ella, y ella estaba cansada y quería estar a solas conmigo y con Ena Columbié, que también estaba en ese momento, y me decía: "mijito tú me entiendes, ve y dile a la enfermera que ya puede venir, tú me entiendes". Y yo en el aire, hasta que me di de cuenta. Y, bueno, las personas se fueron, y ella, como hacía días que no la veía, me dijo: "ve y dile a Yvonne López Arenal que aquí esta Elena Tamargo, la próxima actriz de Akuara Teatro". Y nos reímos como niños traviesos.

¿Has vuelto a Cuba?
No he vuelto.

¿Desearías ir?
Muchas veces he tenido el mismo sueño: me bajo de un taxi a una cuadra de la que era mi casa y camino mirando de lado a lado, pero ya no conozco a nadie, ya no son las mismas personas que dejé. Entonces despierto y se me quitan las ganas. Serán miedos. Pero los deseos de volver han ido disminuyendo.

(Entrevista publicada en  http://www.diariodecuba.com/cultura/10715-manny-lopez-prefiero-crear-que-destruir)


domingo, 6 de mayo de 2012

«La novela negra me escogió a mí» (Entrevista al escritor cubano Lorenzo Lunar sobre su libro Mundo de Sombras)

El escritor cubano Lorenzo Lunar (Santa Clara, 1958), cuenta con publicaciones como El último aliento (cuentos, 1995), Échame a mí la culpa (novela, 1999), Que en vez de infierno encuentres gloria (novela, 2003), con la que ha ganado premios tanto internacionales como nacionles. Pero ahora acaba de publicar una nueva novela: Mundo de sombras (Atmósfera Literaria), sobre la cual hemos dialogado, entre otros temas...

Generalmente se te conoce por escribir novela negra, a pesar de que también has escrito literatura para niños y jóvenes, libro de relato, o ensayos de crítica literaria, tanto dentro como fuera de Cuba. ¿Pero por qué esa preferencia por la novela negra?
Digamos que la novela negra me escogió a mí. Mi primer libro fue un libro de cuentos: El último aliento (Capiro, Santa Clara, 1994). Ahí estaba la semilla, por decirlo de alguna manera, de lo que después sería el grueso de mi obra. Es un libro de relatos que ocurren en un barrio marginal de la Cuba de aquel entonces, personajes populares: el borracho, la putica de esquina, el maceta cuyo dinero no lo exime de la miseria espiritual y mucho menos de la indigencia humana, y, especialmente, el emigrante, aquel que escapa del barrio como la Luisa, que se va casada con un "negro fino", dirigente en la capital, y un día vuelve a encontrarse con lo que nunca ha dejado de ser, o aquel prototipo de Leo Martín que emigra ilegalmente y acaba entre las ruedas de un camión en una calle de Miami.

Aquellos cuentos eran historias negras, y los personajes entelequias que se acomodaron muy fácilmente al género cuando, casi por juego, escribí Échame a mí la culpa, primera versión de lo que más adelante fuera Que en vez de infierno encuentres gloria, primera novela de la trilogía del barrio, compuesta además por La vida es un tango y Usted es la culpable.

En tu novela Mundo de sombras (Atmósfera Literaria, Madrid, 2012) desaparece una extranjera, y hay, entre otras cosas, un concierto de rock. ¿Existe algún tipo de preferencia por este género, o fue elegido al azar? ¿No pensaste en, digamos, un concierto de música barroca, o Hip Hop, tan popular en la Cuba actual?
Bueno, esta novela no ocurre en la Cuba actual. Es una novela que transcurre en los años noventa. La música es uno de los recursos en que me apoyo en gran parte de mi obra. Mundos de sombras tiene su escenario principal en el Club Paradiso, un lugar de la ciudad que caracteriza cada noche con un tipo de música diferente. La noche que la turista italiana Bianca Roxana Micussi llega a la ciudad y conoce al grupo de muchachos con los que compartirá sus noches de lujuria, es una noche de música popular cubana, en el escenario del Club Paradiso está un grupo de "cinco negritos viejos que tocan sones con la esperanza de que algún productor extranjero ponga su buena vista en ellos…"

Sin embargo, el grupo social al que pertenecen los muchachos que hacen migas con la italiana se desenvuelve, modas aparte, alrededor de la cultura del rock. No quiere esto decir que sea exclusivo de este sector de la juventud el consumo de drogas, el intercambio de parejas y otras prácticas libertinas. Tampoco que sea esta una condición sine qua non. Es, simplemente, parte del diseño de la novela y sus personajes. 

Ahora, si de gustos musicales personales se trata puedo decir que he llegado a una edad, o consolidado una cultura, que me permite a la hora de elegir mi música preferida hacerlo por su calidad y no por el género.

¿Y por qué eliges ese título...?
 La novela ocurre fundamentalmente de noche. Cuando no en la noche verdadera, sí en la noche metafórica. En las sombras que ocupan la mente y el alma de los infelices que caen en el barranco del consumo de drogas. Justo a la orilla de un barranco transcurre una de las escenas clímax de la historia.

¿Qué es el Club Paradiso? ¿Allí se permite todo menos cortarse las venas?
Así describo al Club Paradiso en la novela: "El Club Paradiso es un Proyecto Cultural del Centro de Artes Escénicas de La Ciudad. Fue bautizado así en honor a la novela del gran poeta [Lezama Lima], cuando este, después de "muerto en el olvido", dejó de ser estigmatizado para convertirse en bandera de politiqueros, pseudointelectuales y homosexuales. Esa misma fauna que ahora se reúne en el lugar, haciéndose de espacios según el día de la semana que sea: martes, rockeros sin tecnología y enfermos del SIDA; miércoles, comediantes frustrados, escritores insignificantes y alcohólicos arrepentidos; jueves, trovadores mediocres y puticas universitarias; viernes, viejos soneros con sus sacos de ilusiones a cuestas; sábados, lesbianas y travestis, homosexuales declarados y padres de familia que buscan, en las sombras del lugar, sexo y otras emociones prohibidas por la moral. El club tiene su sede en una de las tantas ruinas arquitectónicas del centro de La Ciudad".

El Club Paradiso, si alguien quiere buscarle un referente en la realidad, puede encontrarlo en el famoso Mejunje de Santa Clara. Pero no equivocarse: El Mejunje, con su gente, es uno de los lugares de mi ciudad que más defiendo y quiero. La realidad de una novela dista mucho de la realidad de la vida. En esto, generalmente, solo se equivocan aquellos que quieren equivocarse.

¿En Santa Clara tienes una peña literaria: La Piedra Lunar?
La Piedra Lunar es mi librería. Una tienda de libros viejos que llevo junto a la joven escritora Liany Vento. Esta librería también queremos que sea lo que comúnmente se conoce como un proyecto cultural, por eso convocamos a un concurso permanente de poesía: "El Poema del Mes". También tenemos una peña de amigos de la ciencia ficción y la fantasía: "Las Tardes de Korad". Ahora hemos convocado a un concurso de relatos policiales abierto para todos los escritores cubanos y que premiaremos en el verano de este año. 

Los viernes tenemos nuestra peña "El Asere Ilustrado", así cerramos la semana. Esta peña es el escenario para la premiación del concurso mensual de poesía, descargas de música cubana, recitales de poesía… Se llama La Piedra Lunar jugando con mi apellido y con el título de ese clásico de la literatura universal que es también una insuperable joya de la literatura policial.

¿Propuesta general de esta nueva novela, Mundo de sombras?
Esta novela sale del barrio, ese cronotopo más cerrado en el que ocurre la trilogía del barrio que he mencionado antes. A la vez me ha permitido explorar otras posibilidades escriturales y estilísticas. Crear otros personajes y estudiar otras sicologías. En las novelas anteriores César es un personaje secundario, gris. Con Mundos de sombras comienza un ciclo (quizás sean también tres novelas, la segunda, Proyecto en negro, ya está terminada) que profundiza en la grisura de este personaje. Explorar la vida de un tipo como César siempre será bien interesante para el que lo lee, y mucho más para el que lo escribe.

¿Llegarán algunos ejemplares a Santa Clara? ¿Tienes planeado alguna presentación especial en La Piedra Lunar?
Luife Galeano, mi editor de Atmósfera Literaria, ha tenido la gentileza de destinar cien ejemplares de la novela para su distribución en Cuba. Esperábamos que estuvieran para la Feria del Libro de Santa Clara que comenzaba el día 22 de febrero. Estábamos todos muy entusiasmados, incluyendo a los organizadores del evento. Pero hubo atrasos en la imprenta. De cualquier manera, esperamos que estos ejemplares estén aquí en marzo. Entonces haremos algunas presentaciones: en La Piedra Lunar y en otras instituciones culturales de la ciudad de Santa Clara y del resto del país.

Y después de Mundo de sombras…
Tengo planteada la novela Padre muerto, mi segunda novela habanera (la primera es Dónde estás corazón, publicada por la editorial española Arcopress en 2009). Tendrá como centro las muertes de un par de curas y las relaciones Estado-Iglesia-Sociedad. También tengo planteada una fantasía heroica: Friedrich Amadeus y el síndrome vertiginoso, un homenaje a mi maestro Agustín de Rojas, a quien perdimos hace unos meses.

Por otra parte estoy enfrascado en la investigación de la vida de Félix Lunar, dirigente sindicalista anarquista español que participó en las revueltas de Río Tinto, Huelva a fines del siglo XIX y principios del XX. La novela resultante de esta investigación será también una pesquisa sobre la fundación de la familia Lunar, en Mataguá, pueblito cercano a Santa Clara, anclado en las faldas del Escambray, adonde fue a parar mi bisabuelo Gregorio al llegar emigrando desde Andalucía.

¿Crees que los lectores interesados en la novela negra cubana quedarán satisfechos con la lectura de Mundo de sombras?
Eso espero. De todas formas, el lector debe decir la última palabra. Por suerte tengo lectores que buscan mis novelas. En Cuba mis libros se agotan enseguida, fuera de Cuba se han vendido bien, y espero que éste se venda mejor pues Atmósfera Literaria tiene planteado un programa promocional muy serio.

Creo que es una buena novela, capaz de satisfacer las exigencias del lector, así lo piensa también mi editor y los amigos que me han acompañado en el proceso de creación de ella. Por el momento, yo solo puedo decir esa frase coloquial de la marginalidad cubana: "Voy a mí".

(entrevista publicada en http://www.diariodecuba.com)